lunes, 18 de enero de 2016

Responso





La luna suavizaba su brillo en las baldosas rosas del patio
Teníamos la vaga conciencia del jazmín.

Una brisa traía de las estrellas lejanas
un mensaje milenario y misterioso.

Ceremoniosos sonaban violines y bandoneones.

Alguien propuso: 
- Bailen un tango, Lelia y Rodolfo.

Y después de unos amagues, se juntaron.

Se hizo la rueda, y esperaron, como recordando.
Y comenzaron a pasearse por el caminito
que le trazaba la música a los pies.

Ella tenía los labios rojos, el vestido negro y un prendedor con falsos rubíes.
El, un traje oscuro y el pañuelo perfumado asomando en el bolsillo.

Uno, que no olvidó,
los mira.




Tesis sobre olvido




1.

Si me olvidaba,
¿adónde lo dejaste?
ataba a Poncio Pilato
con un piolín  y rezaba
Poncio Pilato, si no te encuentro
no te desato.

2.

Poncio Pilato
si no la olvido
no te desato.

3.

La memoria vuelve 
sobre sus pasos
y al final del camino
encuentra un escalón
y otro camino.

4.

Inútiles son
las despedidas.
Tanta estatua
tanta reliquia 
tanto jardín marchito.

5.

Era un no-muerto de guerra 
uno cuya vida toda fue
no haber muerto en la guerra.

6.


La guerra había cavado
un surco de muerte
debajo de él 
y el ansia
de vivir 
era esa huella.

7.

Recordaba el olvido 
el agujero. 
Cuánto olvidó,
y escribió
alrededor de olvido.


domingo, 20 de diciembre de 2015

Palabra rota



Te
vas y
vuelvo a
mis cosas
pero a
mis
cosas han de
faltarle otras.
Al
puchero
sal
miel
a la fruta
al vino
color
y sol
luz
a los vidrios.
Tiempo
a la urgencia
sueño
al dormir.
Arena
s al
desierto
pa
labras
alabla.

Te vas 
se le va
el trigo
al pan
al fuego
calor
vapor
a la nube
semilla
a la flor
al niño
candor
al tri
no
so
nido
a la pluma
temor.

Te vas y
si no vuelvo
a verte,
ciego
quedo
y sordo
Mudo
y des
almado.
Te vas y no
falta
amar
gura
al do
lor.
No tendrá el espejo,
más
la ocasión
de
tu sombra
Y mi sombra
e
voca
tu bo
ca
cada
mañ

ana.




Música solitaria de balcón





La luna, arrinconada por los edificios.
Plateada lata sobre islas remotas.
Una nube aguda  le aguja un ojo.
Ribetes de oro rodean la.
Alguien se ha bañado, y esparce aromas 
de jabón y 
loción.
Un perro ladra, un gato aúlla.
Qué estoy haciendo por cuánto tiempo
pregunto.



Herencia







Mi niño, ya no puedo abrazarte
¡para mi eres un álamo!
Y sin embargo
quiero hacerte un nido 
para despiojarte en días de invierno
como cuando,  antes de ir a la escuela
te lavaba los cabellos con agua y vinagre

Tus cabellos eran una onda suave
de mar, de jinete y sol de otoño,
aire de montaña 
curva de sendero.

Estás entrando a la vida
¡hay sombras, hay acechos de muerte!
no veas más que los frutos rojos
de esos arbustos del paseo
que hay frente a tu casa 
y para nada
me esperes. Avanza, avanza.
Despídete, salúdame allá 
desde el horizonte

donde te veo partir, volar, ¡viajar!.




Tema de Lara




Ahora, hoy, no son lobos en la noche.
Son perros domésticos, ordinarios, llenos de pulgas,
babosos con sus dueños, esclavos en el umbral.
Hacen presente la noche, la noche bajo la lámpara
donde estás, sombra, instante, silencio
entre dos golpes.
Ni el aullido bajo la ventana puede hacer que seas
algo más que un tímpano para la muerte,
Lara, nadie quedará
después del paso de los vagones
en la nieve.









La torturadora



La

maestra de piano
que me
golpeaba
los dedos
contra el teclado
hizo que me
quede sin dedos,
sin manos,
por no sentir
un con
tacto tan
malvado.

La
que me
desabonó
de mis manos
estará, hoy,
también
igual?,
en su casa con
su gato y su madre
y alumnos
mal
vones
que nunca
volverán
a tocar
piano?

Solos, ni ella ni yo
pudimos
hacerle el amor
al piano.

Dos, ella y yo
tan iguales
en nuestras vidas
con golpes
de piano.